Él
se encontraba en el reflejo de sus ojos.
A
ella le gusta notar sus caricias en la piel.
"Cuántas
veces te he pensado", dice para sí.
No
suele decirlo en voz alta,
Pero
sabe que no está de más echar de menos.
Ella
está nerviosa, como la primera vez.
Él
se ahogaba en la nostalgia.
Pero
hoy no hay nubes en el cielo, ni temporales.
Y
si los hubiera, daría igual,
Porque,
como faro sobre roca, su sonrisa brilla.
Se
sabe feliz. Es la misma música que ayer.
Que
da paz, tranquilidad, y sentido de
pertenencia.
A
un lugar, un momento, y una melodía.
Él
se acerca, y parece querer invitarla a bailar.
Un
paso hacia delante, y otro hacia atrás.
Ella
se deja llevar, y se siente segura.
Siguen
el compás, aunque no la importaría perderse.
Perderse
con él.
"No
hay camino" piensa, sin poder evitarlo.
Solo
estelas, de arena y espuma, por donde andar.
El
infinito aparente es el único límite.
"Ojalá
que el tiempo no pase"
Pronto
el sol pinta el cielo, dejando paso a una luna.
La
misma que trae las mareas.
Y
luego la calma.
Piel
salada, dulce amanecer.
Amarga
es la despedida,
Y
el "cuándo te volveré a ver"
Ella
se aleja y, desde el fondo, él la ve marchar.
Mientras,
recoge y guarda sus huellas.
Se
gira. Último vistazo atrás. Y primero de muchos.
Aunque
saben que el tiempo pasa, los recuerdos no.
Un
guiño, y un "no te olvido".
Es
una historia de olas, y un adiós.
Las
palabras se las lleva el viento.
Una
gaviota hace de testigo,
Pero no hace falta:
Porque
ella vuelve siempre.
Siempre
vuelve a ver el mar.
Precioso <3
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