> Sempervirens: febrero 2017

25 feb 2017

Almendros en flor


Hay una flor impaciente. Tímida aun, pero valiente. Atrevida, aunque lo duden. Ha salido. Floración precoz, pre-foliar incluso. Se adelanta a las hojas. Asoma la primera-primavera. Parece frágil, no resistirá una helada tardía. Pobre ilusa. Quién la va a cobijar. Pensamos. El Sol ha debido engañarla, y la primera brisa la hará caer. Tan bonita, y desprotegida, cayó rendida entre los rayos de luz. No pudo resistirse. Se sonroja cuando la miran, y deja mostrar su tono más rosado. Inocente, provoca sonrisas. No durará. En su delicadeza, la admiran. Es única. Pero a distancia, sin dar la mano a la confianza. Pues vendrá la primavera, con mil colores, más brillantes. Mejor estación y apuestas seguras. Entonces el viento llega, y lo único que tira por el suelo son las palabras bonitas. No estaban ancladas. La flor sí. Y permanece. Sorpresa para algunos, los que confundían la compasión con lástima. Y se equivocaron, porque miraron al revés. Las hojas no son  condición necesaria, aunque sí suficiente para no creer. Y en realidad es el Sol quien se cautiva. La flor es fuerte. Más de lo que piensan. Y sabe cuándo anunciar el cambio de estación. 


"Quién dijo que no es flor de primavera. Es la primera en verla." 💮 

13 feb 2017

Be present

Por lo general, no nos gusta esperar. Sin embargo, nos pasamos la vida esperando. A que pase "algo", a que pase "alguien". Pensamos siempre en el momento que viene, en lo que va a pasar. Y mientras, esperamos. Alargamos el tiempo cuando no debiéramos. Corremos cuando tenemos riesgo de caer. ¿Para hacer más amena la espera?
Por otro lado, apostamos por los impulsos. Nos cansamos de esperar. Sucesos instantáneos, de repente, sin explicación. Aparente. "Es un paréntesis en mi vida", decimos. En el colegio enseñaban que si te equivocabas con boli, podías tachar y ponerlo entre paréntesis. Quizá seguimos pensando que los "tachones" pasan desapercibidos de esta manera. Pero rompemos la continuidad, y es más difícil seguir el hilo de la historia.
Nos gustan las segundas partes, aunque luego digamos que siempre fue mejor la primera. También saltamos entre segundas oportunidades, que menospreciamos porque, "de oca a oca, y tiro porque me toca", siempre puede haber una tercera. Dejamos el "continuará" en el aire. Por si acaso. Forzamos, para intentar conseguir lo que queremos. Que pase. Nos justifican con un "no pasa nada". Ese es el problema, que nada pasa. Y así, pasamos nosotros.
No es cuestión de iniciativa, ni de coger el timón. A veces es que, simplemente, hay que esperar. Dejar al viento soplar a su antojo, mientras no seas veleta sin rumbo. Y si algo pasa, déjate sorprender. El presente no espera y es el único que, a ciencia cierta, pasa.

Out of the blue