> Sempervirens: 2018

15 oct 2018

No me gustan los finales


Me gustan los principios felices, empezar con ganas y esa emoción tan característica.
Me gusta cuando empieza a hacer buen tiempo, o cuando veo la primera hoja caer. Me gusta cuando comienza una estación. 
Prefiero el calor, pero también me gusta sacar el abrigo del armario porque empieza el invierno.
"Cuando se cierra una puerta se abre una ventana" Es verdad, y me gustan las ventanas abiertas, pero me da pena ver puertas cerradas. Pena que muchas veces es nostalgia, en el buen sentido, pero pena al fin y al cabo.
Me gustan los planes nuevos, y arrancar el coche.
Sentirme pequeña frente al mar, y no alcanzar a ver su final.
Quien me conozca sabe que no me cuesta madrugar. Y siempre me demoro para decir buenas noches.
Me gusta salir, y cuando comienzo a maquillar mis ojos, aunque no sea mucho. Y me da pereza cuando la noche dice fin.
Me gusta ver los créditos iniciales de una película. Más aún engancharme a un libro nuevo. Y querer leer cada vez más, deseando a la vez que nunca se acabe.
Las manos en alto del director antes de que suene la primera nota de un concierto.
Empezar un paquete de galletas, de las mías. O el olor de un bizcocho recién hecho.
Que comience una conversación. Que salte la primera chispa.
Y por qué negarlo, a veces también me gusta ser la primera.
Abrir la puerta. "Hola". Olvidarse del adiós.
Salir a correr y dar el primer paso, sabiendo que tienes un rato para despejarte.
Estrenar pinturas nuevas, y dar la primera pincelada de color sobre blanco.
Me gusta empezar. Mi madre me dice que tardo demasiado en acabar un cuadro.  Qué le voy a hacer... Me cuesta ver el final. 

                                                                                                           #M


29 abr 2018

Dicen que...


Dicen que no debemos gastar el tiempo en cosas, 
ni personas, que no merecen la pena. Es verdad.
Que la vida son dos días, y uno lo perdimos. Tienen razón.
Pero confunden "aprovechar" con hacer muchas cosas. Inmediatas, cortas.
No todo es cuestión de lecturas rápidas. 
Pararse no es sinónimo de perder el tiempo, ni ver la vida pasar.
Saborear despacio, correr cuando haga falta. Y la situación lo requiera.
Un mundo con prisas, que acelera el paso por inercia, 
que pierde el sentido de la meta.
Se corre más, pero realmente sin querer llegar a ningún sitio.
Creo que así es como el tiempo se pierde.
También confunden "perder" con "gastar".
Y el tiempo pasa, no puede conservarse con sal.
En este sentido, quien intenta guardar, ya ha perdido.

Que la vida son dos días. Uno ya lo perdimos. 
Otro podemos gastarlo. Para que cuente, merezca la pena, 
y la pena no sea lamentar que un día ya se fue.