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13 nov 2019

Reflexiones de verano


Aunque ya estemos en noviembre, son palabras de finales de agosto.

Palabras, frases un poco desordenadas pero con sentido, dichos que no se cumplen y consejos sabios, según mi parecer. 

En definitiva, reflexiones de verano:


Un clavo no saca a otro clavo. Ni una espina se quita con otra.
La regla de los 21 días para coger un hábito. O dejar un vicio.
 "La cura para todo es siempre agua salada: el sudor, las lagrimas o el mar."
Mejor querer bien a querer mucho. Y quien bien te quiere...
Tiempo hay para todo (lo que se quiere). Y si se quiere, se puede. 
También se puede no querer.
Al igual que no contestar es un respuesta.
Si te rompes, déjate arreglar.
Un corazón inquieto al final siempre busca paz. Aunque no lo sepa.
El amor es especial. De acuerdo. Pero también es natural. En todas sus formas.
"Todo pasa por algo". De verdad.  Y en el momento que tiene que pasar.
Si no cuadra, es por algo. No fuerces.
Con determinación y constancia se terminan proyectos. 
Antes o después, pero se terminan.
Tener iniciativa es tan importante como saber esperar.
Ser independiente es bueno. Pero apóyate en los tuyos.
"Dejarse llevar suena demasiado bien". Y el "demasiado" no suele tener connotación positiva.
Muchas risas nunca son demasiadas. Y las penas, mejor con rumba.
Si te quemas bajo el sol: drama para hoy, moreno para mañana.
O como dice el dicho: "no hay mal que por bien no venga".
Después de una cerveza, viene otra. Y sin una nevera con hielos, no hay copas.
Los helados engordan. Pero más engorda no hacer nada.
Descanso no es pereza. Y la fuerza de voluntad hay que entrenarla.
"La lectura es a la inteligencia como el deporte al cuerpo."
Mirarnos más profundo. De verdad. Sin filtros.
Buscar otras perspectivas suele ayudar.
Dejamos huella en quién se fija, aun sin querer, y en silencio, 
como el sol cuando se pone.
Qué bonita es la luna cuando está llena, de cosas buenas.
Respirar hondo oxigena los pensamientos.
Y si se abren ventanas, aunque sea verano y haga calor,
entra aire fresco.


Con calma 🎶



15 oct 2018

No me gustan los finales


Me gustan los principios felices, empezar con ganas y esa emoción tan característica.
Me gusta cuando empieza a hacer buen tiempo, o cuando veo la primera hoja caer. Me gusta cuando comienza una estación. 
Prefiero el calor, pero también me gusta sacar el abrigo del armario porque empieza el invierno.
"Cuando se cierra una puerta se abre una ventana" Es verdad, y me gustan las ventanas abiertas, pero me da pena ver puertas cerradas. Pena que muchas veces es nostalgia, en el buen sentido, pero pena al fin y al cabo.
Me gustan los planes nuevos, y arrancar el coche.
Sentirme pequeña frente al mar, y no alcanzar a ver su final.
Quien me conozca sabe que no me cuesta madrugar. Y siempre me demoro para decir buenas noches.
Me gusta salir, y cuando comienzo a maquillar mis ojos, aunque no sea mucho. Y me da pereza cuando la noche dice fin.
Me gusta ver los créditos iniciales de una película. Más aún engancharme a un libro nuevo. Y querer leer cada vez más, deseando a la vez que nunca se acabe.
Las manos en alto del director antes de que suene la primera nota de un concierto.
Empezar un paquete de galletas, de las mías. O el olor de un bizcocho recién hecho.
Que comience una conversación. Que salte la primera chispa.
Y por qué negarlo, a veces también me gusta ser la primera.
Abrir la puerta. "Hola". Olvidarse del adiós.
Salir a correr y dar el primer paso, sabiendo que tienes un rato para despejarte.
Estrenar pinturas nuevas, y dar la primera pincelada de color sobre blanco.
Me gusta empezar. Mi madre me dice que tardo demasiado en acabar un cuadro.  Qué le voy a hacer... Me cuesta ver el final. 

                                                                                                           #M


29 abr 2018

Dicen que...


Dicen que no debemos gastar el tiempo en cosas, 
ni personas, que no merecen la pena. Es verdad.
Que la vida son dos días, y uno lo perdimos. Tienen razón.
Pero confunden "aprovechar" con hacer muchas cosas. Inmediatas, cortas.
No todo es cuestión de lecturas rápidas. 
Pararse no es sinónimo de perder el tiempo, ni ver la vida pasar.
Saborear despacio, correr cuando haga falta. Y la situación lo requiera.
Un mundo con prisas, que acelera el paso por inercia, 
que pierde el sentido de la meta.
Se corre más, pero realmente sin querer llegar a ningún sitio.
Creo que así es como el tiempo se pierde.
También confunden "perder" con "gastar".
Y el tiempo pasa, no puede conservarse con sal.
En este sentido, quien intenta guardar, ya ha perdido.

Que la vida son dos días. Uno ya lo perdimos. 
Otro podemos gastarlo. Para que cuente, merezca la pena, 
y la pena no sea lamentar que un día ya se fue.



29 oct 2017

Decimos muchas cosas

Para que el sonido lo haga más real, y calle al sentido.
Para que suene bien. 
Dejarse llevar, cerrar los ojos y enredarnos al andar. "Soltemos el timón".
"Acabe bien o acabe mal", decimos que da igual.
Abogamos por lo natural, y (nos)vemos a través de filtros.
Decimos , parecemos seguros. Pero hay diferencia entre parecer y ser.
O, al menos, estar.
Cogemos el "como si fuera la última vez" por lema y bandera. El miedo a que realmente sea la última, no nos deja ver la oportunidad de una vez más. Y gastamos las ganas. Atracón de media noche, y mal cuerpo al día siguiente.
Decimos que no, pero al final, al fondo, siempre hay cierta esperanza, y deseo, de que sea sí.
Lo sabemos y, aún así, negamos. "Negar que negamos. Negarlo no cambia la realidad."
Éste sale a la luz cuando el "no" que dijimos se hace real. Y es cuando lo sentimos. Y tanto. 
Aún así, "da igual".
Y en el galimatías de -no, nos cruzamos con muchos, que tienen muchas cosas que decir, que andan igual, enredados. 
Y dos nudos hacen un lío mayor.
Acabamos pidiendo subvenciones al corazón, porque acabamos con nuestro fondo, donde está el , y todo por decir que no.

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30 jul 2017

Olas y adiós

Él se encontraba en el reflejo de sus ojos.
A ella le gusta notar sus caricias en la piel.
"Cuántas veces te he pensado", dice para sí.
No suele decirlo en voz alta,
Pero sabe que no está de más echar de menos.

Ella está nerviosa, como la primera vez.
Él se ahogaba en la nostalgia.
Pero hoy no hay nubes en el cielo, ni temporales.
Y si los hubiera, daría igual,
Porque, como faro sobre roca, su sonrisa brilla.

Se sabe feliz. Es la misma música que ayer.
Que da paz, tranquilidad, y sentido de pertenencia.
A un lugar, un momento, y una melodía.
Él se acerca, y parece querer invitarla a bailar.
Un paso hacia delante, y otro hacia atrás.

Ella se deja llevar, y se siente segura.
Siguen el compás, aunque no la importaría perderse.
Perderse con él.
"No hay camino" piensa, sin poder evitarlo.
Solo estelas, de arena y espuma, por donde andar.

El infinito aparente es el único límite.
"Ojalá que el tiempo no pase"
Pronto el sol pinta el cielo, dejando paso a una luna.
La misma que trae las mareas.
Y luego la calma.

Piel salada, dulce amanecer.
Amarga es la despedida,
Y el "cuándo te volveré a ver"

Ella se aleja y, desde el fondo, él la ve marchar.
Mientras, recoge y guarda sus huellas.
Se gira. Último vistazo atrás. Y primero de muchos.
Aunque saben que el tiempo pasa, los recuerdos no.

Un guiño, y un "no te olvido".
Es una historia de olas, y un adiós.
Las palabras se las lleva el viento.
Una gaviota hace de testigo, 
Pero no hace falta:

Porque ella vuelve siempre.
Siempre vuelve a ver el mar.

💙💙💙💙💙💙💙💙

29 abr 2017

A pesar de nada

Presumimos de saber bien lo que queremos. Sin embargo, no solemos ser expertos en definir. Ni describir. Límites, situaciones, estados. A veces, simplemente, no queremos. O pensamos que no nos interesa. Otras nos equivocamos de sentido.
Puede que todo no esté claro. Puede que nada. Pero siempre algo se asienta sobre arena. Si no se define. Digo que es imposible no tener debilidades. Sin embargo, saber qué  y dónde nos hace menos vulnerables. O por lo menos debería. Así que juguemos con ello. Sin ser niños, viendo el peligro, porque la inocencia se nos queda corta.

Yo presumía de saber lo que quería. Sin vacilación, ni debilidad. Lo pensaba de veras y me quemé al final. Al igual que la luciérnaga. Sé que fijo la mirada, y pongo noche de por medio. Las luces me atraen, pierdo la noción del tiempo y no mido las distancias. Un alcázar brilló. Otra catedral me sedujo. Lo sé. Me gustan las luces. Ahora lo admito. Las estrellas las que más. Porque da igual cuál sea la ciudad, nunca fallan. Al final siempre vuelvo la vista a ellas. A pesar de todo. Y aunque no pase nada. 


"Ninguna estrella está sola, 
ni deja de brillar"
- sois mis estrellas favoritas.

25 feb 2017

Almendros en flor


Hay una flor impaciente. Tímida aun, pero valiente. Atrevida, aunque lo duden. Ha salido. Floración precoz, pre-foliar incluso. Se adelanta a las hojas. Asoma la primera-primavera. Parece frágil, no resistirá una helada tardía. Pobre ilusa. Quién la va a cobijar. Pensamos. El Sol ha debido engañarla, y la primera brisa la hará caer. Tan bonita, y desprotegida, cayó rendida entre los rayos de luz. No pudo resistirse. Se sonroja cuando la miran, y deja mostrar su tono más rosado. Inocente, provoca sonrisas. No durará. En su delicadeza, la admiran. Es única. Pero a distancia, sin dar la mano a la confianza. Pues vendrá la primavera, con mil colores, más brillantes. Mejor estación y apuestas seguras. Entonces el viento llega, y lo único que tira por el suelo son las palabras bonitas. No estaban ancladas. La flor sí. Y permanece. Sorpresa para algunos, los que confundían la compasión con lástima. Y se equivocaron, porque miraron al revés. Las hojas no son  condición necesaria, aunque sí suficiente para no creer. Y en realidad es el Sol quien se cautiva. La flor es fuerte. Más de lo que piensan. Y sabe cuándo anunciar el cambio de estación. 


"Quién dijo que no es flor de primavera. Es la primera en verla." 💮